Olimpíadas y la educación: evaluaciones y reflexiones que nos lleven a la acción

En los últimos días, la mayoría hemos vivido a través de la TV los Juegos Olímpicos Londres 2012. Muchos deportistas coronando sus carreras con medallas y puntajes jamás antes logrado, rompiendo barreras y obstáculos de los que han aprendido, sacando lo mejor de sí, compartiendo, disfrutando y sin jamás perder el foco de lo que los convocaba a estar ahí. ¡Cuántos mensajes nos enviaba cada uno de ellos! Sin duda, aprendizajes que han obtenido a lo largo de su trayectoria, resultados de su  dedicación, de todo el sacrificio con el que han abordado su entrega, sobreponiéndose a sí mismos y así, sobresaliendo entre la media, siendo siempre extraordinarios más allá de la paga que reciban.

Al igual que los deportistas, los educandos,  dependiendo del medio en que se encuentren, potenciarán o no sus habilidades. Entonces, nos cabe la pregunta:

 “¿Llevar a nuestros niños y  jóvenes a colegios buenos? ¿O llevar la buena educación a todos nuestros colegios?”

Los deportistas destacados, generalmente, han sido sacados de su medio natural para llevarlos a entrenamientos de alto rendimiento, sean estos fuera de su zona escolar, regional o incluso, fuera de su país natal, en donde reciben todo lo necesario y más, para que ellos solo den lo mejor de sí. Y ellos, en gratitud a la confianza y al apoyo recibido, responden, se exigen, juegan, ríen, lloran, aprenden, disfrutan y comparten, con el fin único de ser el mejor en forma individual y en equipo, cuidándose y siempre dando lo máximo de sí, agradecidos, humildes y comprometidos con el propósito mayor, que es profesionalizar el deporte de sus vidas. Si esto no es inspirador, ¿qué lo es?

“¿Llevar a nuestros niños y jóvenes a Colegios Buenos? ¿O llevar la Buena Educación a Todos nuestros colegios?”

La educación es el escenario mayor, en donde todas nuestras habilidades aparecen libres, juguetonas, brillantes y dispuestas para ser potenciadas y desarrolladas. Es aquí donde el propósito de nuestras vidas pareciera nacer y crecer, al tiempo que nuestros cuerpos lo hacen.  Si esto fuese así y mirásemos a la educación como un pilar fundamental para el logro de cuánta meta se nos venga en gana, entonces, ¿qué medalla mereceríamos? ¿Oro? ¿Plata? ¿Bronce?

¿Qué nos falta para ser una educación de alto rendimiento? ¿Será dinero? ¿Serán ganas? ¿Será, tal vez, capital humano? ¿O quizás infraestructuras adecuadas, que nos concentren en el objetivo único de nuestra profesión, (más allá de nuestra especialidad), que es el Ser Puente y el envión que potencie el Ser Grande de nuestros aprendices a cargo, despertándoles el querer atravesar el obstáculo, dándolo todo de sí mismos para alcanzar la meta? ¿Será que nos falta inspiración, compromiso, confianza, sueños? ¿O será que nos falta un refrigerador lleno, la despensa completa un celular con mil minutos, un auto moderno y una cuenta corriente que sostenga todo esto y sin deuda?

Al igual que ocurre al final de estos juegos olímpicos Londres 2012, es tiempo de evaluaciones y reflexiones que nos lleven a la acción. Y a diferencia de las mismas, no tenemos que esperar que nuestra antorcha sea encendida en 4 años más, porque la nuestra sigue viva, quemante y en pie.

Alejandra Plaza Arancibia
Profesora de Lenguaje y Comunicación
Coach Ontológico – Coach Corporal

Acerca de Alejandra Plaza

Profesora de Lenguaje y Comunicación, Coach Ontológico, Coach Corporal y bailarina desde muy pequeña. Creadora del Programa Sinfonía Corporal, programa que busca a través de la corporalidad, reconocer y empoderar nuestra actitud y capacidad de acción hacia el logro de nuestros objetivos. Me alínea despertar el entusiasmo y la acción, llevando a nuestros cuerpos al movimiento, a su propio ritmo, tomando conciencia de cuál es nuestra actitud frente a la vida y generar desde ahí contextos que nos promuevan hacia el Aprendizaje Transformacional.

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